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Mujeres, la fuerza y poder de un Cometa



9 Septiembre, 2011.- Somos el 58% de la población y nuestra grandeza está en la capacidad de cambiar escenarios políticos, sociales, económicos, financieros y culturales. Las mujeres modernas tenemos elementos de debate, no de víctimas. Un ejemplo tan claro es que en lo económico representamos 22% del total del PIB. Por eso es importante dejar de preguntamos por qué tenemos esto y no lo otro, si al final seguimos insatisfechas. ¿Por qué hablo de victimización? ¿Y cómo podemos fulminar esta idea? Pongamos un ejemplo muy sencillo: el personaje de Yumiko Kokonoe, quien interpretó entre 1967 y 1968 a la Señorita Cometa, en una serie de televisión japonesa, traída a México con sus 79 capítulos a finales de 1960. Cometa, princesa de la estrella Beta, fue enviada a la Tierra como castigo por su mal comportamiento y desafío al poder masculino, pero ella nunca tuvo miedo, al contrario, se convirtió en la heroína de la serie. En cada situación peligrosa, momento de decisiones o necesidad de fuerza, Cometa llamaba a Chibigón, un pequeño dragón, el cual podemos interpretar como el instinto, destreza y capacidad que tenemos las mujeres. Claro, Cometa no llegó a la Tierra como ejecutiva a salvar compañías o gobiernos atados al egocentrismo masculino, sino como niñera de los hermanos Kawagoe, Taqueshi y Shogi. Sin embargo, nunca se hizo menos. En nuestro contexto, las mujeres juegan un papel importante en nuestra sociedad, pues según el INEGI el número de mujeres con un trabajo calificado supera el 68% de la población ocupada; es decir, ocho puntos más al de los hombres. Un gran ejemplo de poder y fuerza femenina es Martha Miller de Lombera, la primer ejecutiva mexicana en ocupar el cargo de Gerente General para México y Norteamérica de la multinacional de bienes de consumo Procter & Gamble. Otro caso es María Guadalupe Morales, vicepresidenta de operaciones de Wal Mart, el segundo puesto más importante del corporativo. Ella es la creadora de la política "precios bajos todos los días", un éxito de ventas para la empresa. Es por eso que Cometa representaba a estas mujeres nuevas que no se dejan dar órdenes porque si no se les deja plantadas, tiradas o arrinconadas y en silencio, las ubicaban en roles subordinados o en puestos subalternos. Las mujeres tenemos que reunimos para generar fuerza y poder. Y es que, cuando somos el 58% de la población, nuestro poder esta en la capacidad de cambiar escenarios políticos, sociales, económicos, financieros y culturales. La ambición de Cometa radicaba en un síntoma de imaginación, disciplina y visualización, creer que como seres humanos contamos con sensibilidad, fuerza e inteligencia para lograr nuestros objetivos. Por cada travesura, Cometa era marcada con un tache en la mejilla y sólo hasta que era perdonada, desaparecía. ¿Por qué tenemos que reunimos entre mujeres para alabarnos sobre éxitos y discutir los taches? Los taches son las culpas, las subordinación y la victimización. Pero Cometa tenía clara la superioridad consigo misma, así emanaba su fortaleza y seguridad. Nunca se victimizó y mucho menos expresó su codependencia a la satisfacción de ningún género. Además, nunca perdió su feminidad, al contrario sus botas y su minifalda eran su traje de lucha. "La autora es directora de la Barra de Opinión de Tv Azteca"

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