Sociedad: Autosecuestro y autocesura
- Adriana Delgado
- 11 dic 2017
- 3 Min. de lectura

02 Noviembre, 2011.- Cuántas veces, en estos tiempos, hemos escuchado a jóvenes y adultos, decir: ¡No!, a ese lugar, mejor ni visitar porque la violencia se adueñó de su tranquilidad. O mejor quedarnos en casa, porque la delincuencia ya no respeta hora y lugar. O es preferible callar, porque no hay quién nos escuche o nos escuche sin represalias.
Esta libertad, que debería ser garante del Estado, la perdimos, y somos corresponsables de ello por la indiferencia que hemos padecido como sociedad, al no ejercer nuestros derechos democráticos, y de ser indiferentes ante políticos y funcionarios opacos, insensibles, ególatras y corruptos.
Pero esta libertad es frenada generalmente por la represión, que nos auto imponemos como sociedad al autosecuestrarnos y autocensurarnos.Es obligado preguntarse entonces ¿quién gana con esta autocensura?, ¿qué ganamos y perdemos tanto como individuos como sociedad? Más todavía:
--¿Por qué nos autocensuramos?
--¿Por qué nos autosecuestramos?
Porque lo peor que puede vivir una sociedad (y un ser humano) es padecer su propia cárcel llena de angustias, miedos y frenos autoimpuestos. Sin embargo, para que jugar con las palabras: nos os autocensuramos por diversas razones. Van, pues, algunos casos:
--Por qué en lugar de dar debate de ideas con nuestra pareja, dejamos el diálogo que se vuelve discusión para buscar "llevar la fiesta en paz"
--Por qué en lo profesional perdemos el espacio de la defensa argumentada y nos autocensuramos ante nuestro superior, pues podría generarle inseguridad y pérdida de poder aceptar que, quizás, nosotros teníamos la mejor idea.
--Para que nuestros hijos no conozcan algunas verdades, que pueden destruir nuestra propia imagen de corrección.
--Para que nuestros amigos desconozcan nuestras debilidades y nos reconozcan por nuestra fortalezas.
--Por qué como sociedad preferimos el silencio ante los poderosos, que exigir la justicia y el respeto a la legalidad.
--Por qué estamos autosecuestrados por el miedo que genera la desconfianza a nuestra instituciones como garante de nuestras libertades.
--Por qué, al estar inmersos en la sociedad, reprimimos hasta nuestros propios pensamientos para no desencajar, o ser juzgado por la intolerancia de las opiniones.
Una sociedad es libre cuando tiene la confianza de que podrá ejercer sus derechos con libertad y confianza y que las instituciones la protegerá.
Por ejemplo, los jóvenes se autocensuran y autosecuestran por miedo de expresarse con emoción y pasión propias de su edad: y ya no cuestionan no tener oportunidades de trabajo o diversión, no sienten el miedo de las consecuencias de los desenfrenos propios de la juventud, sino de la falta de seguridad y protección del Estado.
Y autosecuestran su participación en la democracia porque desconocen las propuestas de candidatos cada vez más alejados de sus necesidades, culturales, sociales, económicas y de desarrollo. Así como instituciones electorales que censuran y generan desconfianza. Tenemos, a fin de cuentas, un Estado más preocupado en contar ninis, que en generar propuestas para insertarlos en la vida laboral.
Pero los jóvenes, quienes gracias a la tecnología saben que hay mundos diferentes, con libertades en función del respeto a la legalidad, parecieran haber abdicado a la lucha por un mejor futuro. Cómo explicarles a estas generaciones, que no cuentan con oportunidades laborales, de desarrollo y crecimientos: En fin, cómo decirles que no estuvimos a la altura.
Una sociedad que no denuncia porque acepta vivir en la ilegalidad, es una sociedad auto secuestrada sin que nadie pague el rescate; en la auto censura no hay reclamo, en el autosecuestro no hay posibilidad de justicia. Una sociedad que no exige a su políticos resultados y los reafirma en posiciones políticas es una sociedad auto secuestrada.
En esta circunstancia, la sociedad pierde y ganan los beneficiarios de la impunidad, de la ilegalidad, de la extorsión y de la corrupción.
Vivimos momentos en los que los poderes se autocensuran y autosecuestran la acción, porque consideran que el mejor momento de actuar es cuando pase la marea de las campañas presidenciales.
Pero si la sociedad se libera de la autocensura y el autosecuestro, conseguirá la prevalencia de sus derechos, pues las instituciones funcionarán cuando la sociedad consiga que éstas trabajen en su beneficio.
Para que ello sea posible, es necesario un cambio de mentalidad que permita preocuparnos de nosotros mismos dando espacio a los demás y hagan lo que sientan: se llama libertad.
Y si bien la libertad es eterna en el alma del ser humano, siempre es algo nuevo cuando se debe luchar por ella.
Lo escribió Paul Eluard en un hermoso poema:
“Y en virtud de una palabra/ Vuelve a comenzar mi vida/ Nací para conocerte/Y nombrarte/ Libertad”