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Equidad, la gran inversión

  • Adriana Delgado
  • 13 mar 2018
  • 2 Min. de lectura

13/03/2018

Para Sara y Sandra

La igualdad de género en México todavía está lejos, concluye desde su título un estudio reciente de la Organización para el Desarrollo Económico.


La brecha en la tasa de empleo entre hombres y mujeres está en 33.5 por ciento, mientras que en el promedio de los países de la OCDE es de 11.2 por ciento, que aun así es injusta. Entre quienes están en una nómina, los empleados varones ganan 16.7 por ciento más que sus contrapartes femeninas.


¿Cómo impulsamos la equidad salarial? ¿Poniéndola en la ley como proponen las plataformas de los partidos? El problema es la distinción. En una empresa es común que un empleado gane más que otro del mismo nivel por su productividad, valía y méritos, independientemente de su género.


¿Tasamos a todos parejo en aras de evitar esa brecha? ¿Entonces cómo impulsamos y recompensamos la creatividad y el desempeño? Necesitamos propuestas realistas y compromisos sociales efectivos.


El balance de género es una excelente estrategia de negocios. Un estudio a profundidad en que participaron grandes firmas como la Harvard Business Review y el Massachusetts Institute of Technology comprueba que un mayor equilibrio incrementa la innovación, la productividad y las utilidades de las empresas.


Cuando hay mujeres en cargos de liderazgo, la diversidad de habilidades que enriquecen los procesos de decisión aumentan la competitividad y la innovación, se reduce drásticamente la rotación de personal, se retiene al talento y se construye un mayor compromiso que significa mejores resultados en automático. Mujeres trabajando en la economía formal, pagando impuestos, siendo productivas y teniendo el respaldo familiar, social e institucional para ello, está comprobado, aumenta la recaudación fiscal, genera mucha más riqueza y por lo tanto acelera el crecimiento económico de un país.


Pero seguimos atorados en temas todavía más complejos. El acoso es el acoso y en él no hay grado. Las mujeres que lo sufren han preferido la risa como panta


lla ante la minimización del problema por parte de su entorno con justificantes como "así es él, no le hagas caso". Debería bastar con que alguien muestre incomodidad con una actitud o un comentario para evitar esa conducta. No hacer lo que no nos gustaría que padeciera un ser querido, dicta el sentido común.


DIRECTORA DE AZTECA OPINIÓN

Artículo publicado en El Heraldo de México el 13 de marzo de 2018

https://heraldodemexico.com.mx/opinion/equidad-la-gran-inversion/

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