Después de la política, ahora sí la educación
La parte política y legislativa está aterrizada. El artículo tercero de la Constitución y sus leyes reglamentarias están nuevamente reformadas. Además de dictaminación y voto en el Congreso, hubo unas 130 reuniones con todos los sectores involucrados: CNTE, SNTE, maestros, padres de familia, expertos y sociedad civil organizada. Por eso no es una nueva reforma, “le llamamos acuerdo educativo”, especifica el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma.
Pasemos a la realidad que hay que transformar. No olvidemos que los maestros, integrados al SNTE, a la CNTE, institucionales o disidentes son mexicanos, y más aún, los encargados de formar a las nuevas generaciones de mexicanos. ¿Qué estamos haciendo en la práctica para dignificar su labor? Muchos de ellos, en las zonas rurales apartadas, no cuentan con material didáctico para dar clases, menos con una computadora ni conectividad. Más aún, en esas condiciones se les sometía a la misma evaluación que a todos. Las necesidades de capacitación y evaluación no son iguales para un profesor rural, incluso uno en una zona indígena, que las de uno en una ciudad.
Con la Reforma Educativa anterior, dice el titular actual del ramo, se dejaron sólo 75 millones de pesos para la capacitación de maestros y 2 mil millones que habrían sido para ese fin se usaron para imagen. El nuevo acuerdo educativo dispone un sistema integral de formación, de capacitación y de actualización retroalimentado por evaluaciones diagnósticas. ¿Cómo se implementará?
Mejorar la educación y las condiciones de los maestros pasa también necesariamente por arrancar de raíz la corrupción. Hoy sabemos que paralelos a la reforma anterior hubo mecanismos para burlarla. En Michoacán, se entregaron al magisterio 3 mil 500 contratos de honorarios para que los otorgaran a voluntad, pasando por alto las evaluaciones que se financiaban con un subsidio aparte. Huachicol educativo. Inaceptable.
Y qué decir de los seis mil 614 millones de pesos que el ahora desaparecido Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa ejerció en la rehabilitación de escuelas, tras los sismos de 2017, y en auditorías no documentó la información.
El nuevo programa La Escuela es Nuestra fue lanzado el viernes pasado con 20 mil millones de pesos para beneficiar a más de 170 mil escuelas primarias. Si el dinero es administrado, como está planteado, por los padres y, sobre todo, las madres de familia junto con los maestros, los avances tendrían que notarse rápidamente. Yo confío, y seguramente usted también, en los padres que desean condiciones dignas para sus hijos.
Necesitamos infraestructura educativa y maestros de alto nivel porque queremos estudiantes con oportunidades. Necesitamos también que la escuela nos ayude a prepararnos para saber qué es la felicidad. El filósofo y psicólogo Tal Ben-Shahar insiste en la importancia de cultivar relaciones sanas, socializar en persona, rescatar la convivencia humana con el Civismo, la Educación Artística y la Física.
Un uso equilibrado de la tecnología que nos vuelve antisociales y deprimidos. Ya tenemos los cambios legales, es momento de pasar a la acción.