El falso dilema de la generación de riqueza
Más que una utopía, es un espejismo. Las añoranzas por regresar a los tiempos de la lucha de clases y la socialización de todos los medios de producción olvidan que esa fórmula ocasionó todo lo contrario a prosperidad y bienestar generalizados. La caída de la cortina de hierro develó todo un mundo de pobreza, marginación, servidumbre y opresión. La humanidad ha luchado por años para lograr la libertad y los derechos que le son naturales. La competencia y la defensa de la facultad de tomar decisiones propias están en nuestro ADN.
El papel del Estado no es regresar a esquemas caducos e ineficaces sino aplicar políticas sociales de sentido común que den oportunidades y competitividad a los más desfavorecidos para que salgan de esa condición.
¿Por qué no mejor apoyar a las Pymes? El Inegi documenta que 60 por ciento de esas empresas tuvo que instrumentar paros técnicos o cerrar al menos temporalmente por la crisis de COVID-19. ¿Por qué no mejor dar impulso a las mujeres? De las 15 millones 674 mil 196 personas mayores de 18 años sin un empleo, son la gran mayoría: 9 millones 392 mil 877. Durante abril, el primer mes completo de la pandemia, 43. por ciento de la fuerza laboral potencial adulta femenina no tuvo un trabajo, contra 23.5 por ciento masculina.
Es falso que la generación de riqueza sea un juego de ganadores y perdedores. No es cierto que para que haya un rico tiene que haber muchos pobres. Desde que el mundo es mundo, tiene los mismos recursos: el mismo oro, silicio, sol y, etc. Aun así, el valor de toda la economía mundial entre 1900 y 2000, por ejemplo, se multiplicó 19 veces. ¿Cuál es el punto? La creatividad, la innovación, la inventiva, la tecnología, es decir, el valor agregado que le demos al desarrollo de cada cosa que hacemos. Por eso la educación y las oportunidades son la clave.
La economía social, las empresas pequeñas y las grandes corporaciones no son antagónicas, por el contrario, tienen funciones distintas y complementarias. Hay sectores que requieren de grandes capitales, que generan empleos e integran a Pymes en toda su cadena, desde el suministro de materias primas hasta la distribución y venta de productos.