El coraje de Claudia
La jefa de Gobierno se enfrentaba al reto de gobernar la que es, por mucho, la ciudad más grande, poblada y compleja del país
Aquella mañana del 26 de junio de 2020, cuatro comandos con 28 sicarios hicieron 414 disparos con armas largas a un vehículo en pleno Paseo de la Reforma, en las Lomas de Chapultepec. Un operativo criminal sin precedentes en la Ciudad de México, que buscaba asesinar al responsable de la seguridad y protección ciudadana, Omar García Harfuch.
Claudia Sheinbaum se enfrentaba al reto de gobernar la que es, por mucho, la ciudad más grande, poblada y compleja del país, cuyo principal problema era, justamente, la seguridad pública. Tomar la situación en sus manos requirió coraje y decisión, pero hoy los resultados ahí están.
Al inicio de su administración, el nivel de percepción social, de acuerdo con el Inegi, decía que 92 de cada 100 habitantes de la ciudad decían sentirse inseguros. Actualmente son 67 de cada 100, una baja considerable de 25 por ciento de los ciudadanos. ¿Su estrategia? En cuatro ejes: atención a las causas, más y mejor policía, inteligencia e investigación, y coordinación con el gabinete. Si algo queda claro, es que la delincuencia y la corrupción matan.
La policía capitalina tiene 80 mil 633 elementos. El trabajo interno con ellos ha sido extenuante, comenzando con el destierro de costumbres de corrupción arraigadas por años, desde pedir o aceptar las llamadas “mordidas” a cambio de hacerse de la “vista gorda” con faltas menores, hasta quienes se han enrolado también en las filas de la delincuencia.
Esa concientización no puede estar completa sin la dignificación de la labor policiaca. De acuerdo con el informe público más reciente, en los pasados tres años, el salario de los uniformados ha crecido 45 por ciento y 31 mil 283 elementos están siendo capacitados en estrategias de seguridad y detención de criminales.
Los mandos y oficiales también reciben adiestramiento especializado por parte de la Secretaría de Marina. La SSC tiene nuevas facultades que le permiten coordinarse con la Policía de Investigación y la Fiscalía General para robustecer la procuración de justicia y el combate a la impunidad. Entre 2019 y 2021 participó, por ejemplo, en 767 cateos en puntos de violencia donde detuvieron a mil 71 presuntos culpables.
La dependencia encabezada por García Harfuch también hace ahora operativos mucho más sensibles en las manifestaciones. La labor de proximidad de la policía con la población es fundamental para la estrategia de seguridad.
Los habitantes de la capital mexicana tienen claro que la inseguridad pública es un mal que aqueja a todo el país. El delito que suele servir como parámetro más importante es el de homicidio. Al inicio de la administración, eran 5.1 diarios, en promedio, y ahora son 1.9. Dimensionando, son 40 asesinatos por cada 100 mil habitantes, lo que pone a la CDMX en el lugar 22 entre todas las entidades federativas. La media nacional es de 79, mientras que en Colima son 248 y en Baja California, 225.
Los delitos de alto impacto, como los secuestros, las extorsiones y los robos con violencia, registran una disminución de 58.8 por ciento. Claro, aún hay mucho qué hacer en casos tan indignantes como la violencia contra las mujeres y los feminicidios.
Los programas de mejoramiento barrial y comunitario, con proyectos que promueven la participación ciudadana en acciones de rescate, apropiación social y mejoramiento del entorno, también generan un cambio de actitud muy sustancial.
Para echar a andar una estrategia integral en un tema tan complejo, hace falta coraje. Lo que sigue es que haya cada vez más y más resultados.
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